MANIFIESTO

Nosotros, ciudadanos autoconvocados del territorio argentino, preocupados por el inminente avance de la geoingeniería y las actividades de manipulación artificial de clima, tanto en sus formas reconocidas como las encubiertas, enfrentamos una situación que pone en serio riesgo a los ecosistemas y la población.

El Movimiento Cielos Limpios Argentina propone el encuentro e integración de diversos especialistas y miradas, como meteorólogos, ingenieros, químicos, aeronáuticos, activistas ambientales, comunicadores y otras tantas personas que, sin tener una titulación específica, hemos realizado nuestra propia observación e investigación al respecto, buscando respuestas a las anomalías que vemos aparecer en los cielos desde hace ya algunas décadas.

La Geoingeniería parte del supuesto de que los sistemas complejos, como el clima, pueden ser intervenidos, manipulados a voluntad por los intereses de grupos de poder, en definitiva, jugar a ser Dios. Y que si esto trae consecuencias, como efectivamente sucede, la solución es simplemente utilizar más y mejores tecnologías de intervención.

Nuestro compromiso es con la defensa del derecho legítimo a un ambiente sano: a respirar aire limpio; a preservar los ecosistemas en su riqueza y biodiversidad; a no padecer las llamadas catástrofes climáticas de las que ahora se busca culpar a la actividad humana por respirar, alimentarse y transportarse, y que creemos son, en gran medida, efecto del uso y abuso de la geoingeniería y otras actividades intensivas producto de corporaciones civiles y militares, muchas vinculadas al extractivismo y desmanejo de recursos naturales, de alto impacto en nuestros ecosistemas.

Nuestro compromiso es también con la búsqueda de la verdad y la exposición de los discursos que pretenden manipular la opinión pública a su favor con el mero fin de obtener dividendos o de desviar la atención. Porque la geoingeniería –además de una herramienta que permite subyugar naciones a través de su clima y tiempo meteorológico- es también un negocio.

Desde hace décadas existen empresas que ofrecen sus servicios en esta área.
Al haber nacido, al igual que internet, como una tecnología de aplicación militar, entendemos también que los programas de manipulación climática constituyen una seria amenaza para la paz mundial. Si bien su prohibición con fines bélicos y hostiles fue expresada en el tratado ENMOD, firmado por 48 países en la asamblea general de la ONU en 1977, la investigación y desarrollo de la geoingeniería tanto en el ámbito civil como militar continuó a lo largo de las siguientes décadas, con numerosas patentes y documentos que lo prueban. La emblemática patente Welsbach (1991), propone la “siembra” de metales en la atmósfera para combatir el cambio climático. Esto inauguró una nueva era en la intervención del clima, con fines en apariencia “no hostiles”.

Vivimos una guerra climática silenciosa. Quienes posean estas tecnologías pueden, mediante el clima, controlar la economía de un país y la salud de sus habitantes. El documento “Poseyendo el clima para 2025”, presentado en 1996 por oficiales de al Fuerza Aérea de E.E.U.U, alude justamente al uso de la Geoingeniería como arma de guerra.

 

Debido a lo expuesto anteriormente, demandamos:

    1. La investigación, reconocimiento, y cese de las operaciones de geoingeniería llevadas a cabo a diario en nuestros cielos, tanto a nivel regional como a gran escala, incluyendo aeronaves militares y civiles-comerciales dado que no están instrumentados los medios para preservar el equilibio del medioambiente y la salud de la población.
    2. El cese de financiamiento público para investigación y los permisos y acuerdos tanto nacionales como internacionales para los proyectos que estudian el uso de la geoingeniería, dado que está considerado como riesgoso a varios niveles vitales por reconocidos referentes internacionales de la comunidad científica.
    3. El apoyo a la investigación independiente y difusión de la problemática, que representa la comunidad científica, médica y referente a la defensa del ambiente desligada de intereses económicos, agendas y lobbies. La ciencia funcional a estos intereses no puede jamás ser una ciencia objetiva ni estar al servicio del bien común.

 

DESDE CIELOS LIMPIOS DECIMOS BIEN FUERTE:

¡NO A LA GEOINGENIERÍA!
¡NO A LAS FALSAS NARRATIVAS!
¡NO AL RELATO ÚNICO CIENTÍFICO!

No nos dejemos engañar.

La vida en la Tierra es un don precioso que debe ser honrado y cuidado por todos sus habitantes, no arrastrado en el fango de los intereses de unos pocos, aquellos que buscan exclusivamente su propio beneficio sin reparar en los medios para logralo, y que pretenden además manipular al resto de la población con discursos alarmistas y culpabilizadores.