Marvin Herndon se graduó como Licenciado en Física y Doctor en Química Nuclear, especializándose en Geoquímica. Sin embargo, aparece frecuentemente rotulado como un “teórico de la conspiración”, calificativo peyorativo que suele aplicarse a quienes contradicen la narrativa científica dominante.
Herndon ha sido categórico al afirmar que la principal causa del llamado calentamiento global no son los gases de efecto invernadero, como pretenden hacernos creer, sino la contaminación atmosférica. En su artículo “El tratado ENMOD, o el asalto legitimado a la agricultura y la salud medioambiental y humana” también se ha mostrado crítico y cuestionador de las verdaderas implicancias del este tratado.
Firmado en 1976 en Naciones Unidas, una lectura superficial del ENMOD podría hacer pensar que el documento ofrecía un resguardo frente a los usos hostiles de la manipulación climática. Si es que acaso uno no parte del supuesto de que toda actividad de modificación del clima es, de hecho, hostil. Hostil con las personas y su subsistencia, con los demás seres vivos, con el medioambiente y los ciclos naturales.
Según el Dr. Herndon, ENMOD obliga a las naciones signatarias a participar en actividades de modificación ambiental «pacíficas» no especificadas, realizadas por entidades no especificadas, bajo circunstancias no especificadas, sin limitación de daño, ya sea infligido a la agricultura de una nación o región, su medio ambiente o la salud de los seres vivos. ENMOD proporciona los medios para cooptar a las instituciones militares y de seguridad nacional de los estados soberanos para que participen en «técnicas de modificación ambiental con fines pacíficos». Fines que no son revelados. Simplemente debemos creer que son tales; que la intervención climática se usará pura y exclusivamente para nuestro bien…
Las actividades de modificación ambiental que actualmente se llevan a cabo sin discusión pública, presumiblemente con «fines pacíficos», son sin embargo altamente destructivas: agresivas para la producción de alimentos, causan caos meteorológico y climático, y comprometen radicalmente la salud humana y ambiental. Intencionadas o no, estas actividades equivalen a una guerra de facto librada contra naciones soberanas y sus ciudadanos, sobre todo de las comunidades menos dependientes del sistema productivo agroindustrial.
La verdadera intención de ENMOD es exigir la cooperación internacional en el «mejoramiento del medio ambiente». ¿Pero cómo debemos entender ese “mejoramiento”? ¿Tenemos que pensar que toda modificación artificial del clima que no se dé en el marco de un conflicto armado es necesariamente “buena”? Ejemplos de tal «mejoramiento» ambiental podrían incluir la ingeniería climática para provocar lluvias o posponerlas. Podrían incluir las estelas químicas que a diario vemos surcar el cielo. También, como comenta el Dr. Herndon, otra forma de “mejoramiento” podría ser derretir el hielo del Ártico con fines comerciales, según una investigación que realizó acerca de un proyecto encubierto de modificación artificial del clima donde material de tipo crioconita fue liberado accidentalmente sobre el Ártico desde un avión en 2016. El objetivo sería propiciar el derretimiento del suelo para, presumiblemente, explotar los recursos minerales subyacentes y abrir un paso hacia el norte para los barcos procedentes de China. No es un fin bélico; pero dista mucho de ser benévolo.
La conclusión es un poco la del aprendiz de brujo…estamos frente a tecnologías de intervención climática cuyos efectos nocivos no están dimensionados ni pueden estarlo, tal como los mismos científicos lo admiten (y podrían inclusive ser peores de lo que imaginamos); pero que se busca imponer, legitimar, naturalizar a toda costa. Los usos bélicos de la modificación artificial del clima son apenas la punta del iceberg; no pueden invisibilizar la profundidad del daño ambiental, económico y humano que esta modificación viene causando, realizada en forma “pacífica”.
Fuentes:
Investigación, traducción, redacción y diseño: Movimiento Cielos Limpios Argentina